lunes, 16 de enero de 2017

AL OCASO EN UN PARQUE HABANERO



Se perfuma de jardín el viento
que va silenciando al sol
mientras los pájaros se recogen
al son de las sidéreas cortinas
del escenario de luces
y los artistas cometidos que apuesta la ciudad
por hacérsenos única.

Es bello el tránsito que apacigua los bríos,
suavizando las templadas rigideces
al piano discurrir del día
que se arrastra por las azoteas
y se detiene en las plazas
—ajeno de que fenece la tarde—.

Al ocaso me renaces tangible 
y llega a no ser bella tu insistencia
de hacerte perpetua en la luz que retrocede…

Mientras desconozco de tus horas
de tus accionares, allá
en las altas latitudes.
Donde el viento los parques desola
y no hay porqué quedarse.  

Pichy

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